La falta de empatía y la dualidad que reconozco a veces en las personas ha llegado a sorprenderme, pero aún más que eso me ha hecho conocer y entender que a veces es necesario aprender que no toda la familia que nos toca nos va a querer y que no toda la familia que escogemos tener nos va a aceptar.
El simple hecho de emparentar o de frecuentar con las personas, no crea necesariamente un vínculo afectivo determinante, si bien soy partidaria de que los lazos de sangre van contigo eternamente, a diferencia de algunas personas a quienes podemos atribuirles el adjetivo de ex, hay otros que por el contrario siempre serán lo que son. Sin embargo esto no nos condiciona a amar y tolerar daños o agravios, decepciones o maltratos, abusos y excesos de límites, menosprecios o ineptitudes.
Es por eso que comencé a pensar un poco más en algo que leí hace poco donde hablaba acerca de que alejarse de familiares con los cuales no nos sentimos bien, está bien y era sano para nuestra mente.
No quiero que lean esto como una nota personal, quiero que lo internalicen y sientan en lo más profundo de su corazón que si leer esto les hace sentir alivio, está bien, no siempre estamos mal, lo más sensato es hacer aquello que nos da bienestar y amor propio, que nos acerca más y más a nuestro encuentro espiritual y mental, que todo aquello que nos aleja de los seres de luz que muchos pretendemos ser.
¿Pero en una sociedad tan marcada por el deber y el poder, como sobrevivimos a esto?
¿Te preguntarás?
¿Me preguntarás?.
Y es que francamente no creo que sean caminos fáciles de transitar sin ser señalados, apuntados y mal puestos como personas. Pero vale la pena en esta actualidad tan jodida, seguir jodiéndonos nosotros mismos aún más?.
Hay personas que sin ser familia nos apoyan, nos quieren, nos cuidan, nos entienden, nos tienden una mano y están presentes o simplemente tienen palabras para empujarte a lograr todo aquello que anhelas, que te animan, te dicen que eres tan capaz de lograr lo que ni tú podrías creer. Y otros que teniendo vínculos directos simplemente nunca están y se sumergen en una burbuja de la que no vuelves a saber.
¿Por qué pensamos tanto en el que dirán?
¿Por qué nos importa tanto la apariencia?
¿Por qué hay personas que les cuesta tanto mostrar lo que son y dejar que los demás decidan si quieren pertenecer o no a su vida?.
Simple, dejar de pretender. Y se sorprenderían, hay tanto de esto por ahí.
Tantas familias sin quererse, distantes y tanta gente que sin ser familia nunca se abandonan en el camino.
Para mí esto se reduce en un ejercicio constante de mantenimiento personal, que no es más que revisarnos internamente, encontrar aquello que nos regala bienestar y tranquilidad, porque pienso que no hay nada más placentero que la paz de estar bien, contigo y con lo que te rodea, con todo aquello que amas, con todo aquello que cuidas, a veces el enemigo es quien pisa tu casa, a veces depurar esta bien, a veces no querer también está bien, decir no está bien, amarte y amar mucho también está bien.
"Solamente la libertad que se somete a la verdad conduce a la persona humana a su verdadero bien. El bien de la persona consiste en estar en la verdad y en realizar la verdad".
JuanPabloII
Yula💜
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