Hace 4 años un 10 de agosto, tome un vuelo con 3 maletas grandes, 1 de mano, 1 pañalera, 1 bolso con una laptop, 2 chaquetas y un niño de 2 años con destino al futuro, hice una parada en un País que no conocía, en el primer vuelo me senté junto a una pareja, el señor me vio llorando mientras veía La Guaira desaparecer ante mis ojos y me dijo: Tranquila todo va a estar bien!. No dormí nada pero al menos comí, me baje y tuve que correr, se supone que estaba en uno de los aeropuertos más grandes que tiene el mundo, no tenía batería y las dos puertas estaban a cada extremo del mismo, no sabia a donde iba pero llegue a tiempo, se ensañaron con un balón de futbol que había en la maleta de mano, son juguetes era lo único que yo decía, los únicos juguetes que ese niño llevaba, lo querían poner en la basura pero todos los pasajeros en respuesta al llanto quisieron defendernos, era injusto lo sé, lo desinflaron pero me lo dieron, esto no calmo el llanto pero al menos no me lo quitaron.
Tome un segundo vuelo, de noche para ser más exacta, me senté al lado de un extraño, que gracias a Dios tenía mucha paciencia, porque tuvimos un niño pequeño brincando sobre nosotros toda la madrugada hasta que se durmió, yo tenía mucho miedo pero no tenía con quien hablar, yo creo que tampoco me entendía ese pasajero porque nunca me hablo, trate de ver películas pero nada sirvió, el avión no paro de moverse, para mi felicidad la turbulencia se extendió por mucho tiempo, creo que el cansancio pudo conmigo porque hay parte del vuelo en que mis ojos se dejaron vencer y olvide donde estaba, abrí mis ojos y solo recuerdo luces, muchas luces, tantas luces que era un lugar que nunca imagine, estábamos llegando, jamás voy a olvidar esa sensación de lo desconocido, dentro de mí recuerdo que repetía: es esto Estados Unidos?.
Sí! nunca había estado aquí, por una u otra razón siempre pospuse mis viajes, nunca acepte conocer antes dé. Era tarde, muy tarde, tan tarde que todos duermen, menos en esa ciudad, la de las luces, la de la gente, la de las razas y los colores, la de las películas y aquella que solo había visto en una pantalla siempre. Espere que bajara la mayoría, siempre hay unos más apurados que otros, acomode todos mis bolsos mientras hacía un mapa mental de como iba a cargar todo ese peso sola, como pude lo fui subiendo todo sobre mí y camine, eran las 3am llevaba un niño dormido encima y muchos bolsos, todavía me faltaban esas 3 maletas grandes y una barrera que te pregunta tus miedos.
No pude, no tenía fuerza, ademas aquellas rampas eran interminables, yo no sabía a donde iba ni que me esperaba, pero decidí seguir a la gente, ellos me llevarían a la salida eso me dije. Tuve que parar, mire fijamente a mi hijo que con 2 años entendió cuando dije: no puedo más, necesito que camines, necesito que me ayudes y así paso. Dicen que los niños abren puertas, que traen la suerte pegada con ellos, todas las puertas se abrieron, era un ser tan indefenso y pequeño que para verlo tuvieron que pararse sobre la taquilla, a todos los que estaban ahí, solo les importaba que él estuviese bien, así que me ayudaron, mi salida de ahí estuvo más tranquila de lo que pensé. No sabía que hacer, pero si sabia que si vemos a los demás y detallamos sus pasos podemos seguirlos, continúe y repetía lo que los demás hacían, agarre fuerza, un carrito y empece a subir todos esos bolsos, a rodar con todo ese equipaje, aquí todo tiene nombre, todo es un circuito, todo está escrito, todo "es fácil", así que caminamos y salimos, nos estaban esperando, esa llegada fue más feliz de lo que esperaba, esa llegada nos juntaría de nuevo como familia, nos reencontraría y es allí donde comenzaría toda esta historia, que hoy 4 años después recuerdo con mucha nostalgia.
Ayer fue nuestro 4to aniversario en este País, hace 4 años no piso mi tierra.
Aquí hemos crecido, nos hemos querido, aquí nos hemos unido, apoyado, superado, roto, extrañado, aquí vivimos, estamos formando un hogar, pero sobretodo una historia, para hoy, para siempre, para el futuro, para la vida, aquí somos y por los momentos seguiremos siendo, cada día tratamos de mejorar, cada día es un aprendizaje, seguimos en la búsqueda de todo aquello por lo que hemos trabajado, nos hemos dado lecciones de vida, nos hemos observado y seguimos en la constante lucha.
Extrañamos, amamos y anhelamos, sabemos que tal vez en algún punto todo será diferente, que en algún momento todo será tan perfecto como queremos, mientras tanto vamos agarrados, fuerte y valientemente, en este crecimiento constante que nos hace las personas que hoy somos y que ustedes ven, hay mucho que agradecer a este lugar que hoy nos da calor de hogar, hay días buenos y otros no tanto pero lo superamos y avanzamos.
Hoy 4 años después la nostalgia de ese día sigue viva, aún lloro de vez en cuando por todo eso que deje, que amo y extraño, aún siento mucha tristeza por lo que no tengo, pero sé que esta es una batalla que nos ha tocado porque somos fuertes y valientes, porque en el futuro nos toca disfrutar de una dicha tan grande que no vamos a poder creer. Seguimos sumando, no restando, seguimos agradeciendo y aportando, hace 4 años deje mi casa, deje mi vida y parte de mi corazón, pero me traje toda la ilusión de un día celebrar el regreso y los abrazos que merecemos por ser tan fuertes.
Guardo conmigo esas palabras de que todo va a estar bien.
Aún me dan las fuerzas para avanzar!
Con amor...
Yula 💜
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